lunes, 20 de abril de 2020

Felicidades ya tienes Amstrad... nanananananana...

Hoy, aburrido de tantos días de confinamiento) inicio otro apartado en el blog (que quizá solo tenga un post, para variar) titulado "Nos hacemos viejunos". Esta sección tratará de cosas viejunas almacenadas en mi mente y que de una forma determinante han tenido importancia en mi vida. Aunque en realidad acabará siendo una sección donde pondré chorradas al tun tun sin ningún tipo de criterio alguno (como el resto del blog). Hechas las presentaciones, hoy empezaré hablando de mi primer ordenador: mi gran y querido (y difunto) Amstrad 6128... 
Amstrad CPC 6128 con juegos

La foto que publico no es otra cosa que mi pequeño mausoleo (dentro de mi habitación) dedicado a este gran aparatejo que me cambió la vida y, básicamente, ¡me la jodió por completo! Yo antes no sabía qué demonios era un ordenador y podía haber vivido felizmente sin saberlo. Pero ¡no! una navidad a finales de los 80 él entró en mi vida y todo cambió. 

Se supone que era un regalo para toda la familia, un ordenador personal para que mis padres pudieran llevar la contabilidad, hacer sus facturas y, de paso, ser usado como trasto lúdico para tener entretenido al pequeño de la casa. Como no podía ser de otra manera aquel engendro diabólico solo consiguió pervertir al eslabón más débil de la familia. Así que, a las pocas semanas, nadie, a parte de un servidor, usaba aquel Amstrad CPC. Aunque, eso sí, para intentar compensarlo le dediqué todo mi cariño y el que le tendría que haber dedicado a mi familia.

Malgasté mucho tiempo de mi vida jugando a todos los juegos que venían por defecto y también programando juegos cutres en Basic. Aquella dedicación completa al Amstrad originó en aquel niño el profundo deseo de querer convertirse en informático de mayor. ¡Craso error! Con los años descubriría que, en realidad, no quería ser informático, ¡solo quería vivir en un mundo dominado por los Amstrads y entregarme a aquel lenguaje de programación chusquero que era el Basic! ¿Quién se hubiese imaginado que en el futuro lejano el CPC no sería el dominador absoluto del mundo y de todas nuestras vidas? Ahora que ya me he hecho mayor maldigo aquel maldito día de navidad que trajeron aquel ordenador. 

Pero aquí no acaba la maldad de ese vil ente electrónico. Ese día no solo fue el fin de mi brillante futuro como playboy sino que ese puto engendro también acabó con mi inocente y tierna infancia. Y eso fue así por culpa de esos diabólicos videojuegos de los 80 y principios de los 90 creados por enfermos mentales, auténticos psicópatas sin vida (pero con mucho tiempo libre), jefes del mal y otros lunáticos que corrían libres por las calles de nuestro país. Pero ¿qué coño había hecho yo para merecer eso? Porque yo, antes de esa navidad era un chico decente, que nunca decía un puto taco de los cojones, que estudiaba, era sociable (aún mantengo muchos de mis amigos imaginarios de esa época) e intentaba no atropellar con mi bicicleta a las personas mayores (actualmente llamadas "viejas de los cojones"). Pero empecé a jugar a juegos del Amstrad CPC y todo eso cambió.


Carátula juego Abu Simbel Profanation
Ya iré hablando de todos esos juegos que me amargaron viciaron de pequeño, ahora solo quiero destacar un par de detalles que tenían en común: eran muy difíciles y las portadas producían el mismo efecto óptico que las fotos del McDonalds (que parece todo muy bonito en la foto pero luego la realidad es mucho más triste). Como ejemplo el gran "Abu Simbel Profanation" que su portada era muy molona con un protagonista que parecía un joven y atlético Indiana Jones, y luego te encontrabas con esto:



A mi me perdonaréis pero creo que eso se parece más a una pelusilla lila con ojos y dos patas a un joven Indiana Jones.
Pues nada, aquí mi recuerdo a ese gran ordenador. Espero que el Dios programador de los 8 bits le tenga en su gloria.

PD: el título del post viene por ser la canción de un anuncio de Amstrad de esa maldita época y que siempre he guardado en la memoria (pero nunca he visto por internete). Todo al ritmo de la canción de Congratulations de Cliff Richard



PD2: Y ahora que me fijo, que mal rollo que los dos juegos de baloncesto que tengo uno al lado del otro sea el de Fernando Martín y el de Drazen Petrovic.

martes, 14 de abril de 2020

Cuentos espaciales - Ray Bradbury

Cuentos espaciales - Ray Bradbury
Día "a saber cuál" del confinamiento. He acabado de leerme Cuentos especiales de Ray Bradbury. Relatista>Novelista.

"—¿Ocupación o profesión?
—Supongo que ustedes me llamarían escritor.
—Sin profesión —dijo el coche policial como si hablara consigo mismo."

He empezado con este extracto porque me ha hecho gracia leer esta conversación en uno de los cuentos. Ray Bradbury es de esos autores que su forma poética de relatar las historias me echa para atrás cuando intento abordar un libro suyo. A la vez, he ido descubriendo que ese efecto desaparece cuando leo uno de sus relatos cortos. Esta recopilación de cuentos espaciales no ha hecho más que confirmar este hecho. Además, mientras leía el libro me ha dado la sensación de estar leyendo una continuación de Crónicas marcianas, hasta existe uno de relatos que podría ser un descarte de aquella colección. 

No parece que ninguno de estos relatos vayan a pasar a la historia de la literatura pero eso da igual. Su lectura me ha dejado una sensación de bienestar y de buenrollismo encantador. Durante estos días de encierro me ha hecho recordar un viejo amor de verano (si el verano transcurriese en noviembre) que en su día me recomendó leerme a Bradbury. 

Resumen: Mi relación con Bradbury y con ese amor de juventud tienen algo en común, mejor cuanto más corto.

PD: seré un poco freak, pero al ver las pastillas de la portada no he podido dejar de imaginarme un código binario oculto. Dependiendo de la posición de la pastilla el valor equivale a un 1 o a un 0. Por lo tanto en la portada encontramos escondido el código binario: "1110 1100 0100" ó "0001 0011 1011". ¿Mensaje oculto? ¿Quizá mucho aburrimiento por culpa del confinamiento?

sábado, 11 de abril de 2020

Las tumbas de Atuan - Ursula K. Le Guin

Las tumbas de Atuan - Ursula K. Le Guin
Día "esto empieza a ser excesivo" de la cuarentena. Hoy me he leído Las tumbas de Atuan de Ursula K. Le Guin. Desencanto en Normandia.

La crítica a este libro de la Le Guin podría ser una copia de las sensaciones que tuve leyendo la primera parte de Los libros de Terramar. El resumen sería: me pilla ya un poco mayor. No es que el libro me desagrade, simplemente que me da la sensación que hace veinte años me habría encantado pero que a día de hoy, en medio de una cuarentena, pues como que va a pasar sin pena ni gloria por el recuerdo del listado de lecturas memorables que tengo en mi cabeza.

Estoy cada vez más asustado porque las sensaciones que tuve con las doce moradas no las he vuelto a tener con otras lecturas de tita Ursula. Parece como que el amor incondicional y de por vida que surgió al leer aquellas historias finalmente se han convertido en un bonito pero fugaz amor de verano. Quiero convencerme que eso no ha sucedido, que el amor hacia ella es puro y verdadero pero, desgraciadamente, no tengo ningún libro más de Ursula en mi librería para poder demostrarlo. Tendré que esperar que vuelvan a abrir las tiendas, quizá pueda hacerlo en una semana o quizá en dos... ¡Oh mierda! ¡quizá ya nunca pueda volver a comprar un nuevo libro!

viernes, 10 de abril de 2020

Tente Nave Exploradora Quarantine Fail

Ya llevaba unas semanas de cuarentena y, después de muchas horas perdidas en casa sin poder salir, se me ocurrió la brillante idea de hacer un nuevo custom con mis pieza de Tente. Después de tantas horas de confinamiento no sabía si sería el mejor momento para usar mi imaginación. Por fortuna el aburrimiento pudo más. Así que una tarde cualquiera, mientras el Covid hacía estragos por la ciudad, yo empecé a montar piezas de Tente al tuntún. No tardé demasiado en descubrir que mi cerebro no estaba para fabricar demasiadas construcciones originales. La cuarentena forzosa me había matado las neuronas.

Mi idea original era hacer una nave espacial exploradora (aprovechando las piezas serigrafiadas Explorer) y reutilizar la Estación Polar "Artic 2" ya que era un trasto que ocupaba mucho espacio y no me gusta demasiado.

Lo intenté con todas mis fuerzas y, después de demasiadas horas montando, decidí acabar el proyecto. Justo en ese instante mis vecinos salieron al balcón para aplaudir. Me sentí aludido (aunque los aplausos hayan sonado cada día del confinamiento). ¿El resultado final? Un fail de cojones. Quizá el peor custom de la historia mundial pero que siempre podré achacar a los efectos destructivos del Covid.

Tente Nave Exploradora Quarentine Fail

jueves, 9 de abril de 2020

Planeta del exilio - Ursula K. Le Guin

Planeta del exilio - Ursula K. Le Guin
Día "¿aún estamos confinados?", hoy me he acabado de leer la novela Planeta del exilio de Ursula K. Le Guin. Algo ocurre en el paraíso.

Otro intento para volver a sentir esa llama que se inició con la lectura de Las doce moradas del viento y, por desgracia, otra pequeña decepción al canto. La putada es que no tengo muchas más novelas de la autora para volver a despertar aquella pasión que se extendió dentro de mí como si de un coronavirus se tratase. Y eso de estar confinado dificulta notablemente el intento para adquirir nuevos títulos de la Le Guin. 

Me siento como si estuviese en un planeta exiliado, parecido al de la novela, sin la posibilidad de poder salir de casa para poder comprarme un nuevo libro y con el invierno acechando a la vuelta de la esquina (aunque estemos a comienzos de abril, pero es que no deja de hacer mal tiempo). ¡Dios, dame fuerzas para soportar esta difícil situación! Pero sobretodo, dame la oportunidad de volver a emocionarme con un nuevo libro de tita Ursula.

miércoles, 1 de abril de 2020

El mundo de Rocannon - Ursula K. Le Guin

El mundo de Rocannon - Ursula K. Le Guin
Día 200 del confinamiento (hora arriba hora abajo), decido dar un paso más y leerme El mundo de Rocannon de Ursula K. Le Guin.

Después de mi fulminante enamoramiento de esta octogenaria y difunta escritora de ciencia ficción he decidido dar un paso más allá en nuestra relación y leerme su primera novela. Es muy corta así que nada podía salir mal pero... pero no he sentido lo mismo que sentí la primera vez. Cierto es que de todos los relatos que me fliparon de Las doce moradas del viento esta novela bebe del cuento que menos me gustó. Ya es mala suerte. Pero lo cierto es que me sucedió lo mismo que con el relato, que me parece uno de tantos.

Quizá si no viniese de unas expectativas tan altas tendría un mejor recuerdo de su lectura, lo genial sería enfrentarnos a cualquier relato con 0 expectativas. Pero es que decidí leerme los libros de Ursula que tenía en casa justamente por lo que me había despertado sus relatos. Ahora no sé como me encuentro, si esto simplemente ha sido un bache, o si todo lo que viene a partir de ahora entre nosotros es la inevitable rutina que aparece en cualquier relación.

No voy a abandonar a la primera de cambio, tengo más novelas de Le Guin que leer, seguro que alguna me hará sentir lo mismo que sentí con su recopilación de relatos. Aunque si eso no sucede, siempre nos quedará el recuerdo del rato que pasamos en "Las doce moradas del viento".