sábado, 28 de enero de 2017

¡¡A la mierda!! Crítica literaria (de gran nivel) de "El Hipnotista"...

Antes de empezar esta web, ya había leído algún que otro libro, así que he decidido empezar un nuevo apartado sobre mis paranoias con los libros leídos antes del 2017 y que me han gustado o que me han traumatizado de por vida. Empiezo por un libro que más bien estaría en el segundo apartado, se trata de la novela “El hipnotista” de Lars Kepler (un seudónimo utilizado por un matrimonio sueco de escritores). Y ¿cuál ha sido mi valoración literaria después de leer este libro? Pues si lo tuviera que puntuar del 1 al 10 el resumen sería un gran: “¡¡A LA MIERDA!!”. Vale, ya sé que no es una gran crítica literaria pero es que realmente es un libro de más de 600 páginas de un “¡¡A LA MIERDA!!” seguido detrás del otro. Y es por eso que he querido compartir con todo el mundo mi estado de RABIA y absoluta INDIGNACIÓN al leer este best-seller.

Mi decisión de escoger este libro fue tan absurda como casi todas mis decisiones en esta vida: vi el título y me extrañó tanto que lo acabé cogiendo de la biblioteca. ¿“Hipnotista”? ¿Desde cuándo se ha utilizado esta palabra para llamar al señor “hipnotizador”? Pues bueno, se ve que al traductor le moló más esta palabreja y consiguió llamar mi atención. Ya con el libro en mi poder lo leí enterico, sin dejarme una sola página, 600 del tirón, pim pam. Y ¿me lo leí por el interés que despertaban sus personajes y su original historia? ¡No! Me lo leí entero simplemente porque no podía creer lo que estaba leyendo. ¿Alguien había ganado dinero por escribir eso? Joder, que no sé si era por su pareja de escritores o por culpa de sus traductores (sí, también son más de uno) pero esa aberración estaba mal escrita, mal estructurada y parece que nadie lo haya revisado antes de publicar. Es verdad que yo no soy escritor y que mi prosa te provocan ganas de arrancarte los ojos con una cuchara para los helados, pero yo no vivo de ello y no soy un puto novelista superventas como ese par.

Y ¿por qué digo todo esto? Pues porque si decides escribir con tu pareja, como mínimo, podrías leerte los capítulos que ha hecho la parienta para intentar tener una obra un poco coherente y que la historia no avance, como los trenes de “rodalies”, lenta y a trompicones. La puta estructura del libro tiene, en general, mucho delito. Pero la parte más sangrante es el momento que deciden hacer 150 páginas de flashback ¡en la mitad del libro! Que si eso no es una cortada de rollo ya me contareis qué coño lo es. Te llevan por un lado y cuando comienza a ponerse la trama “interesante” deciden hablarte del pasado de un personaje parando en seco la historia (y es tan interesante y útil dentro de la novela como si hubiesen querido hablarte del tiempo que hace en la Patagonia en los meses de verano de cinco a seis de la tarde). Y después de 150 páginas reemprenden la historia como si tal cosa. Joder, hijos de vuestra mala madre que ya no me acuerdo por donde iba la trama!!! “¡¡A LA MIERDA!!”

Y eso son los aspectos generales, pero ahora empecemos a destrozar la trama en sí (por ahora no diré nada que no salga en la contraportada o en las primeras páginas, cuando empiece con los spoilers ya avisaré). Todo empieza así:

Erase que se era, en una feliz y bella aldea sueca, una (no menos feliz y no menos) bella familia es brutalmente asesinada. Cuando la policía ya está pensando en barrer a los cuerpos y meterlos en las típicas bolsas de basura para cadáveres de tamaño estandard, descubren que uno de los hijos (que, textualmente, tiene múltiples heridas ¡¡¡MORTALES!!!) ¡aún está VIVO! ¡ALELUYA señor! Pero no es la única sorpresa: la hija mayor de la familia no se encuentra en casa, ha desaparecido. Esto significa que el asesino seguramente estará buscándola.

Hasta aquí parece ser una relato interesante, a pesar del hecho que una de las víctimas con múltiples heridas mortales aún no esté muerta. El problema es que todo el interés por la obra acaba aquí y el resto no entra ni con toda la vaselina del mundo. Y esto continúa:

La policía local, de la ya no tan bella localidad sueca, quiere hablar con el único superviviente de la tragedia para conseguir un retrato robot del asesino y poder salvar a la desaparecida hermana. Así que la forma más natural para hacer despertar a un adolescente moribundo y obligarlo a recordar todo un proceso traumático, que le ha llevado al hospital, es hacer venir a un vendemotos para hipnotizarlo.

A ver, a ver... Estooo... señores escritores pensémoslo solo un segundo antes: ¿la gran solución al problema es hipnotizar a un adolescente medio muerto intubado hasta la epiglotis? ¿Pero estamos apoyardaos o cómo va eso? No sé el resto del mundo pero yo en este punto ya he salido de la historia porque no entiendo qué coño pinta aquí el protagonista hipnotizador de los cojones. Y el gran problema es que esto sucede en las primeras dos páginas y solo me quedan 600 páginas más para poder decir a cada vuelta de hoja: “¡¡A LA MIERDA!!”

Vale, entiendo que los autores quisieran hacer un libro sobre un hipnotizador, pero ¡jodios! ¿no podían hacerlo aparecer de otra forma menos forzada? Que no sé en Suecia pero en Espanya los hipnotizadores no entran en la Seguridad Social y menos para reanimar pacientes con heridas mortales. ¡Por favor señores un poco de credibilidad! Y ya se que muchos me recriminareis que esto es un libro de ficción y como es ficción puede pasar cualquier cosa... y yo os respondo: ¡Y UNA PUTA MIERDA! 


Superman también es ficción, mejor dicho, es fantasía pura y dura, pero joder hasta en la vida del superhéroe tiene que haber unos límites bien establecidos de lo que es creíble. A ver, que Superman pueda volar nos lo creemos, que tenga una fuerza increíble nos lo creemos, que se coloque unas gafas y mágicamente nadie lo reconozca nos lo creemos... y ¿por qué? Pues porque el autor así lo ha decidido, pero una vez ha delimitado qué se puede hacer y qué no, ya no puedes pasar esta barrera sin que alguien salte y envíe al autor a la mierda. Si yo decido hacer una película de Superman y cuando llego al final se me va la pinza y escribo esto: 

“Superman no consigue salvar a su churri de una muerte cruel e inhumana, así que el extraterrestre en mallas se le antoja salir al espacio exterior y girar alrededor de la Tierra a gran velocidad hasta conseguir cambiar el sentido de rotación del planeta. Este hecho hace que, pasándose por el forro la teoría de la relatividad, consigue volver al pasado para salvar a la chica”. 

A ver, seguramente muchos pensareis que Superman es la polla pero en ningún momento hemos insinuado su capacidad de volver al pasado gracias a sus poderes, así que si veo la película de Superman y acaba de esta manera le diría al señor director Richard Donner: ¡¡A LA MIERDA!!.


Y éste, para mí, es el gran problema de “El hipnotista”, que cada dos por tres los autores se sacan de la chistera sus trucos de magia por no saber solucionar los argumentos que ellos mismos han creado. Así que ésa es la causa principal del porqué, al leer esta novela, me ha provocado un aumento testicular hasta el punto de estallar y decir con todo el cariño y respeto a los autores de este libro: ¡¡A LA MIERDA!!.





Y una vez finalizada la crítica y quedarme a gusto, haré un listado de todos esos momentos de vergüenza ajena que he encontrado. Así que los que no habéis leído el libro dejad de leer el post porque a partir de aquí vienen los SPOILEEEEEEEERS!

Pues resulta que después de hipnotizar al adolescente descubrimos que el asesino es ¡EL MISMO ADOLESCENTE! Sí señores, el niño se carga a toda su familia y decide autolesionarse para despistar a la policía. Que tal como se dice en la primera página del libro y yo he recordado insistentemente: ¡El puto niño tiene diversas heridas mortales! No una no, ¡diversas! ¡¡¡Y encima se las ha hecho él mismo, ¡¡¡el puto amo vamos!!!

Una vez el “prepuber” descubre que el hipnotizador le ha hecho hablar más de la cuenta le amenaza de muerte (que el niño es el puto amo pero también es cierto que es un poco imbécil. Si no querías tener problemas no te dejes hipnotizar so mamón).

El puto adolescente, insistiendo por enésima vez, con diversas heridas MORTALES y con un pie en el otro barrio, consigue escapar del hospital por su propio pie, matando a toda enfermera que se le pasa por el camino y finalmente se esconde por los alrededores. Por suerte el policía principal de la historia, el más listo del lugar, descubre al niñato y empieza una persecución hasta el aparcamiento. El adolescente, que en teoría era casi un cadáver pocas páginas antes, consigue parar un coche, dejar medio lisiado al conductor y escaparse en el automóvil por la ciudad. Por si no estaba ya suficientemente herido, nuestro policía también le mete un balazo al crío, pero como los niños suecos son más duros que los vascos eso no sirve para nada. El mejor policía del lugar 0 – niño precadáver 1.

La policía sabiendo que el chico ha amenazado de muerte al hipnotizador decide avisarle por teléfono para preguntar si quería protección policial (a eso se le llama ser un policía educado) pero no le cogen el teléfono. Los policías insiten pero nada, que no hay respuesta. Mientras, en el otro lado, el señor hipnotizador está tranquilamente en su casa y como no reconoce el número de teléfono decide no responder (en eso me parezco al hipnotista). Así que la situación es la siguiente:

“Un asesino adolescente, pero inmortal, ha amenazado a un desgraciado vendemotos. Este desgraciado vendemotos no responde a las numerosas llamadas de teléfono de la policía. ¿Cuál es la decisión de los oficiales? ¡¡¡Llamar otro día!!!.

¡BRAVO! ¡BRAVO! ¡BRAVO CAPRABO! ¡Bravo con la policía de ese país!

Esa misma noche, entran en casa del señor Hipno, drogan a su mujer y secuestran a su hijo. El Hipno, como que esa noche había discutido con su parienta, se ha metido de somníferos hasta el culo y está tranquilamente durmiendo en la habitación de invitados (a pan y agua pero durmiendo como una marmota). Al día siguiente, la policía al enterarse de todo lo sucedido hace una valoración de la situación. Un adolescente inmortal ha amenazado de muerte al Hipno, la misma noche que el niño se escapa del hospital alguien entra en su casa, droga a su mujer y rapta a su hijo. Conclusión policial: El hijo no ha sido raptado se ha escapado con su novia. ¡OLE!, ¡OLE! y ¡OLE! Esta policía es la puta ostia.

Y ya llegados a este punto del libro, mi interior arde en deseos que algún adolescente como el que sale en la novela se cargue a los putos atores del libro. ¡Pero es que hay más! Lo mejor de todo es que lo explicado hasta ahora es un simple MCGuffin de mierda, porque el puto adolescente psicópata y su puta familia ya no sirven para nada más en la historia. Es más, el niño psicokiller con superpoderes muere en manos de su hermana por una mierda de cuchillo. ¿Pero el cabrón no era inmortal? Joder pensaba que sólo podría morir al caer dentro de una caldera con hierro fundido o congelado por nitrógeno líquido... Y ¿ahora qué hacemos? Si el puto niño es un McGuffin, ¿alguien habrá secuestrado al hijo del tarado hipnotizador, o al final es que la policía es más lista de lo que la pintan? Pero claro, nadie puede ser el malo porque ya no queda nadie más en la historia con algún motivo para hacerlo. Y aquí amigos y amigas es donde los autores se sacan un puto flashback de 150 páginas. ¡CON DOS COJONES SÍ SEÑOR!

Sí, el puto flashback es una simple excusa para poner unos cuantos personajes más con posibilidades de ser el malo maloso. El Hipno recuerda que hace 10 años tuvo un grupo de locos e intentó curarlos con dosis de hipnotismo (con lo fácil y sencillo que es drogar a la gente). Al final hay un puto lío con los locos y su carrera se va al garete, su matrimonio se rompe y lo amenazan de muerte (tiene un puto imán para las amenazas de muerte). Y como esto es algo que nos pasa cada día, el puto Hipno no piensa en ello hasta la mitad del libro. ¡¡¡QUIERO MATAAAAR!!!!


Y aquí ya me he cansado de criticar el puto libro (esto solo es la mitad de la novela). A partir de ese momento los autores se van sacando personajes sin ningún tipo de lógica ni sentido, ahora el suegro del Hipno, ahora unos niños con nombres de pokemons... y ya llega el momento que lanzas el puto libro con rabia, coges un encendedor y quemas todo ese montón de chorradas sin sentido y gritas con todas tus fuerzas : “¡A LA MIERDA!”


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