Y volvemos con las nuevas aventuras del señor Wilt en Las tribulaciones de Wilt del escritor Tom Sharpe.
Conocí los libros de Wilt de la peor manera que uno puede enterarse de la existencia de algo: por la muerte de su autor. Pues sí, leyendo una noticia en la prensa empecé a sospechar que la historia de Wilt podía ser interesante. Y así fue, me lo leí de un tirón y me lo pasé teta. Muchos años después, postrado en un hospital, una amiga me trajo algunos libros para leer, entre ellos uno de Tom Sharpe. Me lo leí de un tirón y me lo pasé teta con él. Así que ¿qué podía salir mal si decidía leerme la continuación de la historia de Wilt?
Pues, señores, me pareció una auténtica mierda. Bueno, quizá no tanto como eso pero fue como un bluf. La última novela que leí de Sharpe ya fue una decepción, pero joder, yo iba a lo seguro, Wilt me había gustado y su continuación no podía ser menos. No podía hacerme daño con eso, si me había puesto los manguitos y todo. Es por ese motivo que, al meterme tal sonora ostia, todavía me duele más la caída.
Cuando me suceden estas cosas siempre pienso en que quizá lo he leído en un momento de mi vida que no tocaba. O quizá al ir con las expectativas tan altas del primer libro todo lo que no fuera llegar al mismo nivel me puede haber afectado. Quizá simplemente el libro es muy flojo. No lo sé, libro que pongo en cuarentena para luego pasarlo al listado de "Libros que quizá no leí en el momento adecuado y que tengo que releer pero que seguramente no lo volveré a hacer en mi puñetera vida.
PD: Luego de comentarle a una amiga mis dos últimas malas experiencias con dos novelas del mismo autor me ha asegurado que si me leo Vicios ancestrales y Zafarrancho en Cambridge volveré a creer en tito Sharpe.
domingo, 15 de abril de 2018
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