Terry Pratchett ha muerto, ¡viva Terry Pratchett! Cierto es que el señor del traje negro y guadaña en mano se llevó al tito Pratchett ya hace unos años pero es lo primero que me ha salido al empezar a escribir este nuevo post.
Después de leer libros de chicas desconocidas que me encuentro por la biblioteca esta vez he decidido apostar por un valor seguro y conocido así que he continuado con la siguiente novela del Mundodisco que me faltaba por leer: La corona de hielo.
Vale, la serie de Tiffany Dolorido está pensada para mentes jóvenes y prepubers con una edad parecida a la protagonista (en este caso trece tacos). Vista la novela desde ese punto de vista me gusta que tito Pratchett trate a la gente de esa edad como si fueran humanos jóvenes y no como seres humanos con cierta dificultad o incapacidad mental. Lo normal es pensar que los niños son gilipollas y no entienden nada, por suerte, parece que el autor piensa de una manera distinta. Un niño de trece años puede ser tonto, pero lo normal es que ese niño a los treinta lo continúe siendo. La tontuna no es cuestión de edad.
Así que tenemos entre manos una buena novela juvenil pero que si por desgracia ya no tienes esa edad podrás disfrutarla de la misma manera. Aunque los más mayorcetes quizá echen de menos el hijoputismo de las primeras novelas del autor. Pero Pratchett es Pratchett y se le disfruta igual.
Lo único malo de esta lectura es que ya me queda un libro menos para llegar al final de mi viaje Mundodisquil. Y luego solo quedará el vacío del inframundo.
lunes, 3 de junio de 2019
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