Últimamente estoy un poco raruno con el tema lecturil. Doy por supuesto que es por el agotamiento de la pandemia pero el caso es que me cuesta leer y no termino las novelas que empiezo. Es por ese motivo que en las últimas semanas estoy volviendo a los clásicos de tita Agatha para ver si tomándome mi metadona me devuelve el ánimo para terminar de leer algo de lo que empiezo. A parte, esta vez he hecho algo que no había probado con anterioridad: que en vez de leer yo la historia alguien lo haga por mí. Así que la novela El testigo mudo de Agatha Christie he sido lo suficientemente vago como para escucharla desde un audiolibro.
Lo de los audiolibros es un concepto que está bien parido pero que le añade complejidad al asunto. Si cuando una novela no me gusta a veces me hace dudar si el culpable de todo ello quizá podría ser el traductor que ha perpetrado una mala traducción, un libro que en vez de leer lo has escuchado podría llegar a sospechar que la novela quizá era buena pero el mal hacer del narrador me ha echado a perder mi experiencia. En resumen, no creo que escuche demasiados audiolibros por si acaso.
Centrándonos en el libro en cuestión: El testigo mudo trata de un perrete que presencia un asesinato. Si te gustan los perretes, Poirot y las novelas de la señora Christie pues ésta también te gustará, no hay más. Peeeeero, hay un punto que me ha sorprendido de esta novela y es su sorprendente final. A mi personalmente me ha chocado y voy a comentarlo en el párrafo de abajo...
¡¡CUIDADOOOOOOOOR que vienen SPOILERSS!!!
Bueno yo ya he avisado, si no te has leído la novela y estás leyendo esto, después no me llores.
Bueno, a lo que iba. En esta historia la asesina es la mujer del médico griego. En cualquier otro relato del detective éste reuniría a todos los sospechosos en una misma sala para poder gritar a los cuatro vientos mientras señala al asesino: ¡señora del médico griego usted es la asesina! ¡JUASJUASJUAS! Seguidamente entraría la policía y atraparía a la susodicha. Ésta lanzaría algún improperio y tendrían que sacarla a rastras del comedor. Eso sería lo normal, hasta la versión de la novela hecha por televisión sucede así, pero ¡oh sorpresa! en la novela no ocurre nada parecido. En este sorprendente final, Poirot escribe en un sobre cómo ha sucedido todo el asesinato junto al nombre de quien lo ha hecho para entregárselo ¡a la PROPIA asesina! Es cierto que en ese punto aún no sabemos que es ella, Agatha Christie (en teoría) ha hecho todo lo posible para que pensemos que la muchacha es una pobre víctima de malos tratos y su marido es el asesino. La mujer se va a su habitación y lee la nota. Pasa el tiempo hasta que finalmente se encuentran a la asesina muerta en el cuarto. Parece un suicidio ¿qué ha podido suceder? Pues eso, que se ha suicidado, sin más. Y todo porque se ha visto descubierta por Hercule Poirot. Éste cuando se entera de la noticia dice: "es lo mejor que podía pasar". ¿¿¿¡¡¡Cómo!!!??? ¿Estás de coña? ¡Pero qué coño me estás contando! Lo mejor que podía suceder es lo que siempre sucede en estos casos, que la policía detenga al culpable. ¡Hijo de tu madre! Le has entregado la nota para que se matara. El problema es que la mujer tenía hijos ¿y si decide matarse junto a los niños cacho merluzo? ¿Y si al sentirse acorralada la señora decide comprar una ametralladora gatling y empezar a disparar a todo quisqui que cruza la plaza mayor del pueblo? O simplemente, al leer la puta nota que la incrimina la muchacha decide abandonar a su marido e hijos e irse de vacaciones a Cancún. Es un final absurdísimo y fuera de toda lógica. Pero es que encima no hay ningún personaje que lo cuestione, ni el puñetero marido que se ha demostrado que quería a su esposa. De verdad, no he entendido ese giro final de la historia con esa extraña decisión del detective Poirot que, de pronto, le convierte en un gran hijodepeeeeeeeeeeerra.
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