La última vez escribí un post sobre series de Tente relacionado con la galaxia y el espacio exterior que tenía por casa. Después de publicarlo me acordé de una nave espacial que construí una vez y que no se trataba de ninguna referencia exisTente (brutal el juego de palabras). Esta belleza nació gracias a mi fértil imaginación y mi nulo juicio (y gusto) al juntar piezas. El ejercicio consistía en crear una nave espacial gastando solo las piezas blancas y negras que tenía en ese momento en stock y las que había conseguido en un lote que compré a un chico de l'Hospitalet. Y mira tú por donde, para variar un poco, el resultado me acabó gustando. No es que sea una obra de arte pero acabó conquistando mi corazoncito. Como tener un hijo tirando a poco guapo, pero que no llega a ser una aberración de la naturaleza y, con el tiempo, lo acabas queriendo.
Me puse artístico y usé las clásicas patas de naves para usarlas de "cola" junto al propulsor de la máquina y como "patas" usé un par de proas de barco. A parte, una vez la nave ha despegado, el tren de aterrizaje se mueve hacia los lados para configurar al vehículo una forma aerodinámica muy útil para el espacio exterior. Que una pregunta que siempre me hago es: ¿Por qué las naves espaciales de las películas son tan aerodinámicas? ¿En teoría, si estamos en el vacío absoluto, no tendrían que funcionar igual aunque la nave tuviese forma de ladrillo? Bueno, el caso es que me gustó el resultado y esta nave ha pasado el corte y no la desmontaré jamás.
PD: tengo que decir que usé algunas piezas que estaban hechas unos zorros, lo que comúnmente se le llama: dar asco pero, en está construcción, le dan un toque de realismo que hace que me guste más el resultado. Como si alguna de las piezas del vehículo estuviesen un poco jodidas con el paso del tiempo y por las continuas guerras espaciales contra los poderosos Patitos de Goma o Rubber Duckies señores de la galáxia.
sábado, 1 de septiembre de 2018
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