Desde hace un tiempo estoy intentando leer toda la saga de novelas del MundoDisco del señor Terry Pratchett por su orden de publicación. Lo hago de esta manera para tener un pequeño control de qué libros pratcherianos me faltan por leer. Uno que ya está en la estantería de libros leídos ha sido Ladrón del tiempo.
Por una extraña razón he tenido un dejavú leyendo esta novela, como si lo que me estaba contando Tito Prat ya lo hubiese leído con anterioridad. Una extraña sensación que sólo podría explicar si mi mente hubiese viajado en el tiempo desde un futuro cercano en donde ya me hubiese leído esta novela. También se podría explicar pensando que en mi primera época de descontrol y desenfreno de lectura pratcheriana, esa triste época donde me saltaba de forma totalmente arbitraria el orden preestablecido de la saga mundodisquil, ya me lo hubiese leído. Aunque la idea del viaje en el tiempo me fascina, me atrevo a asegurar que fue la segunda opción la que hizo que la lectura de el Ladrón del tiempo no fuera un "desvirgamiento" lecturil sino una relectura.
El resumen de la historia, básicamente, es que los auditores del universo piden a un maestro relojero que haga el reloj de cristal más preciso del mundo. No es que tengan el capricho de tener un bonito reloj para revenderlo en wallapop una vez se cansen de él sino que deciden encargarlo con la oscura y secreta finalidad de congelar para siempre jamás el tiempo del MundoDisco y así poder tener, por fin, todo el universo bien ordenado y controlado. Y hasta aquí los espoileres...
La valoración de la obra es la siguiente: está escrita por Pratchett y sólo por eso se tiene que leer (y en mi caso releer). Aparece Susan Sto Helit (la nieta de la Muerte). Ya el personaje por si solo me encanta y deseo que aparezca en todas las historias de la serie (y, si no es mucho pedir, también en mi vida). Aparece un nuevo personaje: El barredor. Se trata de un monje del tiempo con una capacidad innata para rebanar el tiempo y, sobretodo, con un gran dominio del arte de tener mucho morro. Aparece La Muerte (nunca puede faltar) con un grupo de colegas en plan reunión de antiguos compañeros de clase de la EGB.
Me encantan los personajes, me encanta el libro, me encanta Pratchett, me encanta la pasta italiana (esto no tiene nada que ver, pero es cierto que me encanta). Si tuviera que valorar esta obra del 1 al 5 yo le daría un: Pratchett es dios y no se puede valorar sin faltar a la verdad.
PD: Sólo por deleitarse con las frases filosóficas del Barredor ya vale la pena leerse y releerse esta historia.
PD2: Ahora tengo hambre de pasta italiana...
sábado, 15 de julio de 2017
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