Aunque este 2019 he decidido que sea el año de Stephen King, antes de empezar a leerme buena parte de su bibliografía para poder descubrir si me gusta o no su obra, he continuado con mi otro propósito, más antiguo y a más largo plazo, de leerme todas las novelas de Agatha Christie. En este caso ha sido Muerte en las nubes.
A mi me encantan los libros o series policíacas con sus asesinatos y sus imposibles resoluciones. Pero hay algo que en demasiadas ocasiones ocurre y que no soporto que suceda en una historia de misterio. Lo que más me chirría de estos casos son las historias protagonizadas por un individuo que su profesión oficial no es la de detective ni la de policía de homicidios pero que no se sabe muy bien cómo siempre acaba resolviendo un crimen en el que se ha visto implicado de forma casual. Y es que hagan lo que hagan siempre están en el lugar y en el momento oportuno que se comete un extraño asesinato y no tienen otra cosa que hacer en su vida que intentar resolverlo. Sé que es una estratagema del autor para conseguir que el susodicho detective aficionado tenga la oportunidad de entrar en un caso y resolverlo de forma magistral pero cuando eso sucede en demasiadas ocasiones, como pasa con Miss Marple o con su versión televisiva la señora Fletcher, me pone de los putos nervios. En serio, ¿en cuantos asesinatos se tiene que involucrar la señora Fletcher para empezar a comprender que la asesina, por pura lógica, tiene que ser ella misma?
Es por esa razón que prefiero las historias de detectives como Poirot o Sherlock Holmes porque no es necesario que el autor fuerce la situación para que estos detectives puedan empezar a investigar un caso. ¡Es su trabajo! Pero leyendo esta novela me he acordado de una situación (demasiado habitual) que me pone aún más de los nervios: que un detective le suceda en más de una ocasión la desgracia de verse envuelto en un turbio asesinato por estar en el sitio y el momento equivocado. Pero ¿qué necesidad hay de forzar de esa manera la situación? Joder que es un puto detective con que alguien que sí hubiese estado en el momento del crimen y que decide contratarlo ya serviría. ¡Un poco de seriedad por favor!
Considero que si en mi vida real tuviese la misma mala suerte de estos personajes y que cada vez que saliese de vacaciones me viera implicado en un caso horrible de asesinato lo mejor que podría hacer al año siguiente sería quedarme en casa, completamente solo, viendo una nueva temporada de Se ha escrito un crimen. Las vacaciones serían una puta mierda pero como mínimo no habría causado la muerte de media humanidad por culpa de mi mal fario.
¡Por dios señores escritores de misterio de todo el mundo! Dejad de meter a los pobres personajes protagonistas en esos berenjenales, ellos nunca lo harían.
lunes, 28 de enero de 2019
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