Y ya he acabado de leer una nueva novela con un sugerente título que podría describir perfectamente lo que sucede cada vez que compro un nuevo lote de libros e intento encontrar un agujero en mi habitación para meterlos: ¡Hagan sitio!, ¡Hagan sitio! de Harry Harrison.
Qué putada lo que me ha sucedido con esta novela. Me leí hace poco una novela completamente disparatada del mismo autor. Inocente de mí, cogí este nuevo título y ya con el título me estaba preparando para reír a carcajada limpia. Cual fue mi sorpresa que los dos libros no tienen nada que ver ni en su fondo ni en su forma. Y por culpa de esa idea previa completamente errónea no he disfrutado como debía la novela.
Tendría que existir una máquina que te hiciera olvidar todos los prejuicios y opiniones previas que tuviéramos de antemano sobre un libro y permitirnos tener una lectura de éste totalmente virginal y perfecta. Esta máquina también podría servir para poder releer aquellos libros que nos gustaron en su momento y queremos volver a repetir una experiencia igual de sorprendente como la primera. Pero bueno, mientras eso no suceda este libro ha dejado de formar parte de la lista de "Libros que tengo pendientes de leer" y se ha añadido a la otra lista (cada vez más llena de títulos pero nunca vaciada) "Libros que leí una vez y que estoy convencidos que si les doy una segunda oportunidad me gustarán mucho más que su primera vez".
martes, 10 de julio de 2018
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