Hacía tiempo que no me compraba un libro de Terry Pratchett. Desde que me compré casi toda la bibliografía Mundodisquil no había podido adquirir nuevos volúmenes del autor. Que el pobre escritor esté muerto y ya no pueda escribir nuevas historias del Mundodisco es una razón más que importante para ese hecho. Pero aún así, gracias a (o por culpa de) que mi librero no pudo conseguir algunos títulos de la colección aún tengo la posibilidad de poder comprar algunos novelas sueltas que me faltan en portales de segunda mano. La casualidad hizo que, justo un año después de comprar casi toda la colección, pudiera conseguir uno de mis faltis y tener un pequeño momento de felicidad en mi vida. El libro en cuestión era Regimiento Monstruoso.
Una vez leído, lo primero que se me pasó por la cabeza fue la tremenda casualidad de haber escogido dos novelas (una seguida de la otra) que hacen una radiografía del ejército y lo dejan a la altura del betún. La segunda impresión fue la de pensar, por primera vez, en que tito Terry debió tener algún tipo de ayuda para escribir sus libros a raíz de su enfermedad (que desgraciadamente fue mortal). Y no hablo de un corrector o de un personaje que su función solo fuera pasar sus ideas al ordenador. Con esta novela me ha venido a la mente la duda de si los últimos libros no han sido coescritos a cuatro manos. Su hija, por ejemplo, pensando que también ha salido escritora ¿no ha podido ayudar a su padre en sus momentos más difíciles? ¿Algún amigo escritor? ¿Un robot del futuro enviado por mi yo del futuro con la esperanza de aumentar la bibliografía mundodisquil?
La respuesta a esa pregunta supongo que será que no. Que todas sus novelas son 100% Terry aunque el porcentaje de Terry fuera cada vez menor por esa hijadeputísima enfermedad que tenía. Así que nada, eres muy grande Terry y a por el siguiente libro...
Una vez leído, lo primero que se me pasó por la cabeza fue la tremenda casualidad de haber escogido dos novelas (una seguida de la otra) que hacen una radiografía del ejército y lo dejan a la altura del betún. La segunda impresión fue la de pensar, por primera vez, en que tito Terry debió tener algún tipo de ayuda para escribir sus libros a raíz de su enfermedad (que desgraciadamente fue mortal). Y no hablo de un corrector o de un personaje que su función solo fuera pasar sus ideas al ordenador. Con esta novela me ha venido a la mente la duda de si los últimos libros no han sido coescritos a cuatro manos. Su hija, por ejemplo, pensando que también ha salido escritora ¿no ha podido ayudar a su padre en sus momentos más difíciles? ¿Algún amigo escritor? ¿Un robot del futuro enviado por mi yo del futuro con la esperanza de aumentar la bibliografía mundodisquil?
La respuesta a esa pregunta supongo que será que no. Que todas sus novelas son 100% Terry aunque el porcentaje de Terry fuera cada vez menor por esa hijadeputísima enfermedad que tenía. Así que nada, eres muy grande Terry y a por el siguiente libro...