Para empezar a este buen hombre no lo conocía. Pero mirando comentarios de un blog de nomeacuerdoquécosa había un mensaje que decía que a él no le gustaba Douglas Adams y que prefería el humor de Fredric Brown. Como que no tengo criterio y a mí sí que me gusta el humor de Douglas Adams pensé que sería bueno leerme un libro de Fredric y comparar. Y así llegué a esta colección de relatos cortos. Fin de la cita.
Y ¿qué sucede siempre que leo un libro de relatos? Pues que me siento raro y sucio (bueno, esto último quizá me siento siempre aunque no lea nada) porque los relatos son de un nivel de calidad muy dispar. En este caso me ha ocurrido exactamente lo mismo pero es que encima la mayoría son microrelatos así que mi cabeza, simplemente, ha estallado.
El problema de los relatos es que cuanto más corto más bueno o impactante tiene que ser. Casi no tienes espacio para desarrollar personajes ni la propia historia y, para que no sea un auténtica basura, tienes que ser muy bueno. También pasa que cuanto más corto sea el relato puede que en realidad se trate de una simple broma o chiste más que de un relato en sí. Y en este libro que es gordo como una mala cosa hay demasiados microrelatos. Pero textos que pienses que es la ostia y que te masturbarías de felicidad pues como mucho un par.
A diferencia del señor desconocido de internet que le gusta más Brown que Adams yo, por ahora, prefiero las escenas surrealistas de este último.
0 comentarios:
Publicar un comentario